La cumbre en Irak es una idea insoportable / 2 de 2

Mustapha Mounirh

Hasta ahora, el convoy que se espera asista a la cumbre, nada lo hace cómodo, si uno de sus miembros toma partido, para romper la regla familiar en tales reuniones árabes al más alto nivel, y muestra lo que agrada a la gente anunciando el anuncio tardío, de que los países árabes han elegido a sus líderes para liberarse de los grilletes de la subordinación a las políticas estadounidenses e israelíes, entonces se producirá la confusión más severa, y se culpará a Irak por organizar tal cumbre, al margen de lo acordado previamente, al no ahondar en ningún tema, que restaure a los árabes su dignidad, prestigio, independencia de sus decisiones y respeto por su palabra, que se ha perdido durante casi ocho décadas.

...sobre Jordania y lo que se sabe de ella, un reino cuyo rey intenta en la medida de lo posible mantenerlo alejado de tensiones que conducen a consecuencias indeseables, aplicando una política de festivales ruidosos que repiten lemas de pertenencia al arabismo, renovando expresiones sin perder el mismo significado, sugiriendo la movilización para librar una batalla similar a la narrada en libros de historia exagerados, escritos sobre la península para complacer a gente como Abdul Aziz que se autoproclamó rey con la ayuda de los británicos, y luego retirándose a trabajar para obtener lo disponible para ganarse la vida, y así pasan los días en un aburrimiento que aumenta con el presente, para crecer en el futuro mismo pero con una nueva apariencia, y así sucesivamente hasta que el Todopoderoso quiera, Israel se tranquilice en el lado jordano, hasta un futuro en el que pueda (según su plan) sacar a Irán de la arena que le amarga la vida, con un evento grave que puede suceder mediante la negociación o el ruido de las armas, y los Estados Unidos de América dejando a Jordania a su suerte, viéndola como si eran un turista en el reino de la niebla, viendo ese desfile tradicional, y la guardia británica en movimientos monótonos que no han cambiado durante siglos, y un grupo de ellos compensa al otro con la tarea de proteger los palacios reales de las ambiciones de infiltrarse en ellos, sino más bien un museo al aire libre que refleja las tradiciones de permanecer firmemente apegado a ellos como un objetivo supremo, asistir a cumbres y participar en reuniones, no importa cuántos sean sus nombres, no cambiará nada en la posición oficial de Jordania, consigo misma permanece como un sistema, y ​​​​para el resto todos lo conocen, por lo que no hay necesidad de insertar una referencia repetida a ella. En el Sudán moderno, para exponer lo oculto es necesario conocer los hechos tal como son y tener el coraje de presentarlos en detalle. Quizás sea el único país cuya mentalidad no pudo comprender en absoluto Occidente en general, y que fue ocupado por Gran Bretaña en particular. Esta gente vivía confundida acerca de la naturaleza y el carácter de un pueblo cuya existencia se basa en tres cosas, de las cuales nada está excluido mientras ellos estén vivos: gobernarse a sí mismos según sus elecciones, lejos de la interferencia extranjera en sus asuntos privados. Incluso su unidad con Egipto fracasó, se replegó y se disipó, aunque era el más cercano a ellos en cuanto a vecindad, idioma y religión debido a la privacidad de su mundo a tenor de lo mencionado. Quienes intentaron penetrar tal aislamiento inventaron lo imposible y no pudieron desmontar esa cultura social que no se repite en todo el mundo, hasta que los Emiratos Árabes Unidos y su mente puesta en el oro sudanés llegaron a golpear hermano con hermano y sentarse a lo lejos, esperando que uno de ellos liquidara al otro, para entrar en la contienda y llevar ese preciado producto de manera diabólica hasta donde su aliado Israel lo invierte en proyectos para desarrollar sus industrias armamentísticas. Y así sigue Sudán en su guerra civil hasta que la disolución de las causas profundas de su mentalidad sea el estándar para su supervivencia como Estado soberano. Por lo tanto, para él la cumbre, si asiste a ella con un representante en su nombre, es sólo una noticia pasajera que se evapora horas después de su publicación. Sobre Yemen, la complejidad que lo ha dominado temporalmente, su origen es el apagón para ocultar la amargura de la situación, resultante de la fragmentación de sus partidos, basados ​​​​en él y directamente por el Reino de Arabia Saudita, y en cierta medida líder de los intervinientes para absorber lo que se puede y no se puede absorber de los beneficios materiales y morales, no hay diferencia, el estado de los Emiratos Árabes Unidos, la calamidad de las calamidades de los que tratan con él, ya sean del mismo Medio Oriente o de los países del norte de África de los que solo se libró Argelia, que cerró sus puertas a un virus así, que se propaga por problemas seguidos de sedición, cada vez que ingresa a un país bajo la apariencia de inversión, reemplazando el caballo de Troya por un burro.Yemen, si asistiera a la conferencia como el llamado jefe del gobierno legítimo, sería una presencia a la que le faltaría el verdadero Yemen, no las conchas teñidas con riales saudíes para desempeñar el papel de guardián de las fronteras del sur del Reino hasta cierto punto. En cuanto a Yemen, es un Yemen que está confiadamente, orgullosa y fielmente comprometido a defender la última sangre restante de los árabes, sin importar quién gobierne Saná, la novia de la gloria y las bendiciones de dar, como generación tras generación de hombres y mujeres, incluido el héroe noble y valiente y lo que se llama por su belleza natural la más hermosa de las hermosas, y con ambos, la ecuación de la supervivencia de Yemen a lo largo de los tiempos siempre se logra en lo más alto, sin temor a la tiranía de los enemigos, ni a la venta de los orígenes auténticos como aspiran la mayoría de los intrusos, por razones la última de las cuales es la eliminación del símbolo de la identidad árabe desde su primera aparición, cuyo mundo es el Señor de todas las criaturas por Su mandato, independientemente de las convicciones prevalecientes en las cercanías de esa capital. Se sabe que el yemení y el suelo de Yemen son una moneda gastada en beneficio de la vida de Yemen y no para acabar con ella, una vida saturada de libertad y soberanía sobre la propiedad del gran pueblo yemení, la tierra y el mar, y esto no se preserva con una cumbre en la que la mayoría de los participantes apoyan lo que está haciendo Estados Unidos e Israel están repitiendo el mismo genocidio del pueblo de Gaza, para despejarles el camino, a través de la ampliación de esa vía fluvial considerada la más importante para el comercio mundial. Así, el gobierno iraquí está cometiendo el mismo acto de perder el tiempo en asuntos inútiles, construyendo una casa sin cimientos, cuando lo único que le importa es el techo, con la esperanza de que se asiente en el aire, aunque sea por unos momentos, lo que se sumaría a años de decepción. Ha dominado la política oficial iraquí, con la fuerte interferencia de intereses no iraquíes, por razones relacionadas con el saqueo de la riqueza iraquí durante el mayor tiempo posible. El gobierno iraquí debería haber pensado, y luego haberlo implementado de inmediato, en desarrollar las capacidades de los sabios iraquíes, los hijos del honorable pueblo iraquí, sin prestar atención a sus tendencias ideológicas intelectuales y políticas, y sentarse como iguales a buscar las soluciones más viables para corregir la situación, independientemente del campo, militar o civil, lejos de la adulación y el favoritismo. Que el verdadero comienzo sea verificar la identidad para determinar responsabilidades y no cortar los medios de vida. Para tal tarea, Irak necesita un equipo de hombres y mujeres que no teman ser culpados por la razón, con leyes en sus manos como una constitución funcional, definiendo principios que no puedan ser violados en absoluto, haciendo que Irak esté por encima de todas las consideraciones, sin nadie por encima de la ley y con la primera y la última palabra pertenezca al pueblo y a nadie que no esté afiliado a él. En cuanto a la cumbre, que no es más que una fiesta verbal folclórica para exhibir los músculos de unos gobernantes verdaderamente rechazados por sus pueblos, se ha vuelto, francamente, intolerable.