Una amenaza
que no será seguida por la implementación
Mustapha Mounirh
Las amenazas, lejos de implementarse sobre el terreno, son más
bien un arma blandida en público que no se puede utilizar, que puede asustar a
cualquier receptor que imponga la corrección de su dueño adjuntando ciertamente
la acción prevista después de que haya expirado el plazo, para provocar un
ataque feroz, aplastante, fragmentador y humillante sobre quien previamente
estuvo incluido en la amenaza del amenazador, que divide según lo declarado desde
el núcleo del núcleo de hierro, sin importarle lo que el amenazador tiene de un
nuevo plan, que repele lo que incluye en términos de capacidades de gasto
preparadas con la evaluación de una mente sana, calculando para cada movimiento
lo que le conviene e incluso lo supera de los que estaban preparados para ello
y otros.
Las amenazas del presidente Trump a Irán se han multiplicado y
multiplicado, llegando al extremo de eliminarlo de la existencia en septiembre
próximo si no desmantela su programa nuclear. Por supuesto, la mayoría de estas
son palabras envueltas en una muestra de la grandeza del admirador de las
capacidades militares de su país y de las armas avanzadas que posee, que no
tienen paralelo en el mundo. Pero esta admiración está más allá de los límites
de lo que es razonable y permisible creer, por parte de quienes saben con
certeza que Irán no es un país fácil de alcanzar, cualquier viento puede
derribarlo, aplastando a todos en él, sean humanos o inanimados, en el concepto
integral de los componentes materiales de un país del tamaño en cuestión. A
veces, Estados Unidos, como administración, recurre a menospreciar a quienes lo
enfurecen, sin importar el país que sea. Esto se debe a una falta de
conocimiento profundo de la fuente de la fuerza de ese país y de la voluntad de
su pueblo para enfrentar un desafío que está fundamentalmente ligado al destino
de su supervivencia, elija o no. La cuestión no se resuelve con una guerra, por
feroz que sea, si el objetivo es erradicar de raíz a uno de sus dos partidos,
incluso si es derrotado. El tema es mas grande que eso, en base a las alianzas
concluidas puede ser la causa del estallido de lo que expande esa guerra, hasta
llegar al corazón de los mismos Estados Unidos de América, lo que puede
llevarlo a aceptar cualquier solución, siempre y cuando esté perdiendo, la paz
y la tranquilidad de su pueblo son lo más importante que lo hizo
autosuficiente, vagando y controlando el mundo durante décadas, con razón o sin
ella. Podemos estar en desacuerdo con
… El Reino de Arabia Saudita, como tuvo la mano extendida para
mancharlo con la sangre de los iraquíes a espaldas de los Estados Unidos de
América, durante la famosa Guerra de Irak, una porción no insignificante de
cuyos secretos aún están presos en los corazones de muchos de sus
contemporáneos, bajo la presión impuesta por quienes financiaron tras
bastidores para que Irak sufriera las peores derrotas, que lo llevaron a lo que
es ahora, desde la pérdida de ese liderazgo que hizo temblar a Arabia Saudita y
Kuwait al escuchar noticias de sus avances en varios niveles, es el mismo Reino
de Arabia Saudita, esta vez acompañado de su estrecho aliado Israel, que quiere
devolver la pelota de la intervención detrás o delante de la cortina, para
derrocar al estado iraní y no solo a su régimen, delegado de los Estados Unidos
de América para liderar el convoy de destrucción y tiene los gastos que quiera,
siempre y cuando el petróleo saudí se haya desviado para verter sus ingresos en
los bolsillos de los requisitos de la administración de
…Estados Unidos no luchará directamente contra
Irán, especialmente en estas circunstancias sin precedentes que el presidente
Trump ha impuesto a Europa, que espera con impaciencia la participación de su
antiguo aliado Estados Unidos en una guerra que inevitablemente disminuirá su
poder. Por ello, Europa está considerando castigarlo de una manera que le
devuelva el pensamiento a la mayoría de los países que conforman
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